Acto 1: La Amenaza Fantasma
No hace mucho tiempo, en una galaxia muy, muy lejana, solo había un puñado de plataformas de streaming que entregaban medios digitales de forma fiable al mercado de consumo. A principios de la última década, estos servicios interrumpieron la industria, pero todavía estaban a años lightyears lejos de causar daños reales. A pesar de un aumento en el costo durante este período, el cable tradicional todavía tenía una ventaja cómoda sobre los nuevos rivales. Pero en los últimos años, los proveedores de OTT como Netflix, Hulu y Amazon Prime Video han formado una especie de Rebelión, buscando destruir el imperio de la industria del cable. En cualquier industria, como en la vida, la necesidad genera innovación y la innovación genera competencia, en gran parte. A medida que llegamos al final de esta década, el streaming, que alguna vez fue una categoría que solo tenía unas pocas opciones, ahora tiene docenas. La lucha por la atención del consumidor continuará mientras la batalla acaba de comenzar.
Acto 2: Una nueva esperanza
El cable de Traditional gobernó la galaxia durante décadas porque era la única opción. Al principio, los servicios OTT que se unieron a la batalla ofrecían solo televisión y películas de catálogo, y no siempre eran los más emocionantes. Se sentía como si todas las mejores películas y programas de televisión estuvieran en el exilio en Dagobah. Pero lenta y consistentemente, estas plataformas comenzaron a asegurar los derechos de propiedades altamente deseadas mientras presentaban programas y películas originales. En 2018, los consumidores en América del Norte solo transmitían ocho mil millones de horas de contenido al mes. Y los recién llegados a la categoría continúan agitando el zumbido entre los consumidores debido a su contenido estelar. Como prueba, no busques más allá de Disney+, que se convirtió en el término de búsqueda más importante de Google el año pasado, atrayendo a diez millones de inscripciones el primer día que se puso en marcha. Contra los deseos del cable, una nueva esperanza para las necesidades de los espectadores ha surgido con los proveedores de OTT, pero la pregunta sigue siendo: ¿Qué viene después?
Act 3: El Despertar de la Fuerza
While El plan del Imperio para conquistar la galaxia casi ha sido frustrado, el cable tradicional todavía tiene algo de lucha en él, ya que solo el 60% de los estadounidenses se han convertido en cortadores de cables. Pero a medida que más proveedores de OTT entran en la arena, se enfrentan a un nuevo oponente: Ellos mismos. Recientemente hemos visto una cantidad abrumadora de contenido original, a menudo confundiendo a los consumidores en cuanto a qué servicio OTT es mejor para ellos. A medida que estas plataformas continúan produciendo el contenido más atractivo, la clave para salir a la cima es alejarse del mantra de cable “Un poco para todos” hacia “mucho solo para mí”. Los consumidores modernos quieren personalización en todos los aspectos de sus vidas, y los medios digitales no son diferentes. El futuro del streaming pertenece a aquellos que pueden individualizar el contenido a la mayor cantidad de usuarios posibles. Si eso significa motores de recomendación altamente efectivos, canales lineales personales, anuncios personalizados, opciones de compra in-show o experiencias de realidad virtual/AR más envolventes aún está por verse.
A medida que completamos la saga dentro de la galaxia OTT, es importante considerar las piezas fundacionales que soportan la infraestructura de streaming. A medida que más consumidores pasen a las plataformas de streaming, jugadores como Netflix y Disney+ tendrán que considerar grandes números de visualización en su búsqueda para proporcionar una verdadera experiencia similar a la televisión. Garantizar que los consumidores tengan una experiencia visual perfecta es primordial, y construir una arquitectura impenetrable es la pieza crucial del rompecabezas. Ver también: La caída de la Estrella de la Muerte. Si los gigantes de streaming no pueden proteger sus bases y evitar ataques, el cable podría ver un resurgimiento en el Acto 3. Independientemente de qué lado reine supremo, una cosa es segura: El equilibrio se restablecerá al consumidor de nuevo.
